Las Pesadillas de la Dra. Sarlo

El día miércoles pasado en la tribuna más democrática del país, me refiero al diario La Nación, se publico un nuevo panfleto AntiK de la ilustre Beatriz Sarlo Sabajanes. A quien quiera consultar esa pieza argumentativa del más puro estilo antiperonista, la puede consultar aqui. He elaborado un mejor futuro para la ex-academica de Filosofía y Letras.

Las pesadillas de la Dra. Sarlo

Oportunamente, Ud. Sra Sarlo, la brillante académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, la que habrá integrado cientos de mesas examinadoras, decenas de mesas evaluadoras de tesis, con un curriculum de 30 páginas a fuente 10, la editora responsable de la revista "Los Libros" y de "Punto de vista", ha dado nuevamente con el meollo del asunto. La actual situación del país es, tal cual Ud lo dice, una "Pesadilla circular". Y a Ud. le ha tocado el papel de narrarle a la derecha argentina cuáles son los monstruos que debe combatir. Los monstruos, a la sazón, son los personajes principales de su novela familiar, (novela que Ud. jamás escribió). Son, nada más y nada menos, que los Kirchner, con otros personajes secundarios: Anibal Fernandez, Moreno, Rossi. ¿No le hubiera convenido, en el invierno de su vida, dedicarse a escribir ficción, ficción de la buena, como la que Ud. criticó durante más de 40 años y por la que hubiera dado parte de su vida por hacerlo? ¿No me diga que nunca se le pasó por la cabeza? Y si no, mire en derredor: Jitrik, Viñas, Casullo, ellos probaron salir del corset de la crítica y desempolvar la imaginación. ¿No le parece que es tiempo de que dedique sus días a la feliz Imaginación, que seguir lidiando con una Realidad que no comprende, simula no comprender o pretende distorsionar? Me permito humildemente sugerirle que deje en manos de los pedestres periodistas la tarea de enroscar la realidad y educar conciencias perversas, Ud. Beatriz Sarlo Sabajanes se merece un final digno de su curriculum y de su historia personal. Escriba ficción para solaz de sus lectores. Cúmplales el deseo de emocionarse con su prosa. Si no, una nueva pesadilla o espectro, como supo decir Derrida de Marx y Marx de Ud. sabe qué (no lo menciono aquí por temor a las represalias), esta vez personal, cercará su mente.